Folklore Material

Almirez, Instrumento Musical o de Cocina?

Cuando hablamos de instrumentos musicales folkóricos es poco lo que podemos explicar de forma científica pues en la mayoría de los casos, como ocurre con el tambor de cuña, estos instrumentos no gozan de una afinación definida y para que las personas comprendan el concepto es necesario compararlos con otros instrumentos que suenen parecido y que se hayan elaborado de forma profesional.

En este mes se celebró el FESTIVAL DEL TORITO GUAPO DE ANTÓN. Este es un festival que me llama poderosamente la atención por los elementos de percusión que se usan como los tres tambores y sus variantes de golpes; la caja, que a pesar de ser igual a la santeña en su forma, no suena igual pues tiene una afinación distinta y en su parte inferior no cuenta con las tiras de cuero que sirven como resonador en la caja santeña.

Pero definitivamente el instrumento de percusión que hace la diferencia en el tambor antonero es el ALMIREZ.

¿ES EL ALMIREZ UN INSTRUMENTO MUSICAL?

La respuesta es NO. Si buscamos en un libro de música el nombre de ALMIREZ no lo encontraremos. Pero si buscamos el nombre de ALMIREZ en un libro de cocina, ahí si lo vamos a encontrar. En el arte culinario se define almirez como: Mortero, en especial el de metal u otro material duro y de paredes altas que se usa en la cocina para moler o machacar especias, semillas, etc.

Esto es lo que hace interesante al folclor. El hombre folk toma lo que está en su ambiente, siempre que sea funcional, y lo usa para cristalizar una idea que hasta ese momento existía inmaterialmente en sus pensamientos. Un instrumento de cocina que es usado para machacar guisos pasó a ser un instrumento musical que marca un compás en las manos de la cantadora del tambor antonero.

¿Desde cuándo se usa el almirez? Cuando Narciso Garay escribió sobre el tambor panameño en su obra Tradiciones y Cantares de Panamá, ya el almirez sonaba en las calles de Antón. Noten de qué manera el autor trata de describir el papel musical del almirez para que el lector pueda comprender el uso de un instrumento de cocina en el acompañamiento de percusión menor dentro del tamborito:
“En esta orquesta de lujo, el almirez de metal desempeña funciones semejantes a las del carrillón en la orquesta clásica europea.”
Para que las mentes cultivadas y estudiadas de la música pudieran comprender la función del almirez, el Doctor Garay tuvo que compararlo al carrillón, que no es más que una especie de órgano compuesto por campanas dispuestas en escala musical y que se golpea con un martillo para originar sonido.

Estos elementos nos hacen comprender por qué motivo NO SE PUEDEN ALTERAR LOS INSTRUMENTOS FOLKLÓRICOS A LA MANERA DE PENSAR DE LA MÚSICA MODERNA.
Cada instrumento obedece a un tono y los instrumentos folclóricos tiene su tono que obedece, primeramente, a lo que conceptuó en su pensamiento el hombre folk y luego, en los materiales que encontró para cristalizar o llevar a la realidad ese pensamiento.

NUESTROS INSTRUMENTOS MUSICALES FOLCLÓRICOS NO SE PUEDEN ADULTERAR BAJO LA PREMISA DE HACERLOS MODERNOS. Esta acción atenta contra la CULTURA INMATERIAL toda vez que este instrumento nace de lo inmaterial de un pensamiento para luego ser materializado con los elementos que la naturaleza o el ambiente le ofrezca al hombre folk.

Meditemos en el ejemplo del almirez antonero: DE UNA HERRAMIENTA DE COCINA, QUE FUE CONCEBIDO COMO UN INSTRUMENTO MUSICAL POR EL HOMBRE FOLK, NACE UN INSTRUMENTO QUE ES CONSIDERADO COMO PARTE INTEGRAL DE LA MÚSICA FOLKLÓRICA ANTONERA.

Cuando los demonios de la modernidad toquen a la puerta de alguno que cree que lo puede hacer mejor que nuestros abuelos, primero sentémonos y meditemos sobre el por qué de la existencia de este instrumento y RESPETEMOS LA CULTURA INMATERIAL QUE RODEA LO QUE ALGUNOS CONSIERAN ANTICUADO.

La conservación de la CULTURA INMATERIAL, LA FORMA DE PENSAR DE NUESTROS ANCESTROS, nos ayudan a conservar la manera de pensar de los que construyeron nuestra identidad panameña e hicieron grande a nuestra nación.

Fuente: Facebook/Cultura del Tambor